miércoles, 13 de abril de 2022

EL ZAPATERO QUE ARREGLÓ MAL UNOS ZAPATOS (relato)

Había una vez un zapatero que se llamaba Jorge, era muy reconocido ya que componía muy bien los calzados. Vivía en un pueblito y en una ocasión recibió una carta de un señor llamado Dorian pidiendo arreglar un par de calzados. El zapatero, sin ninguna duda, después de una semana, entregó el par de zapatos, pero fueron enviados de vuelta unos días después de que el paquete fuera recibido pues Dorian no quedó a gusto con la reparación. Así que fue personalmente a hablar con el humilde zapatero y se dijo:

-       Voy a ir a hablar personalmente con el zapatero.


Al día siguiente, por la mañana, entró a la zapatería y, dirigiéndose al mostrador, dijo:

Buenos días, ¿se encuentra alguien?

Enseguida le respondieron amablemente.

Sí, claro, ¿en qué le puedo ayudar?

Y respondió: -Estimable señor, cómo le he pagado a usted, me encuentro aquí, ya que no estoy satisfecho con el trabajo hecho porque el zapato no me entra.

¿Cómo ha sido que el zapato no le entra?

Ha pasado que hace unos días le escribí una carta para pedir que arreglara mis zapatos, ya que yo no estaba en casa y tuve que hacer el envío.

Pero dígame, ¿qué es lo que he hecho mal?

- En un principio, no me había dado cuenta, pero después los miré detalladamente hasta darme cuenta de que los encontré un poco deformes, un tanto duros y resecos. Yo sé que es normal, soy razonable, unos zapatos remendados siempre van a tener cambios. Pero esto me parece excesivo.

- Sí, sí, claro, entiendo el problema, señor. Y sí, claramente recibí su carta y está bien. Le ofrezco una disculpa y le pido que me dé una segunda oportunidad para volver a trabajarle esos detalles, si usted me lo permite.

- Está bien, me parece razonable. En todo caso, esta vez, si quedan bien, le mandaré otra carta con un agradecimiento y una buena recomendación.


Brittany Guadalupe Mirón Silva

1° B 

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